En el corazón del centro histórico de Piegaro se alza un elegante edificio del siglo XVIII: el Palacio Misciattelli-Pallavicini, que fue uno de los edificios más importantes del pueblo.
La estructura era una de las propiedades de la familia Pallavicini, de noble ascendencia romana, y funcionaba precisamente como residencia de campo. Durante un cierto tiempo, la familia Pallavicini desempeñó un papel importante en Piegaro, habiendo adquirido las importantes fábricas de vidrio.
El palacio Misciattelli – Pallavicini se convirtió temporalmente en la sede del municipio después de la Segunda Guerra Mundial y más tarde en una prestigiosa residencia de época. Actualmente es posible visitar sus salas al fresco y la capilla privada con previa reserva.