Con sólo 338 hectáreas, el parque de Colfiorito es el más pequeño de la región, perono menos importante y fascinante. La zona, declarada patrimonio de importancia internacional por la Convención de Ramsar ya en 1976, está constituida principalmente por tierras de origen pantanoso. La acción sistemática de recuperación llevada a cabo por el hombre a lo largo de los siglos no ha logrado afectar el área del parque de Colfiorito, que ahora es de fundamental importancia por sus turberas, zonas pantanosas donde las condiciones de temperatura y acidez inhiben la descomposición de los tejidos animales y vegetales, favoreciendo la acumulación y compactación de la materia orgánica en la llamada turba, material precioso y versátil. Además, su ecosistema alberga una gran variedad de flora y fauna, presente sólo dentro de este parque, como el Lirio de las Aguas Blancas o la Orquídea Acuática. La vista de este colorido mar de vegetación flotante desde sus alturas es impresionante y uno se puede adentrar en el pantano gracias a las pasarelas de madera.