No muy lejos de la ciudad de Terni se encuentra la Valserra, tierra que toma su nombre del río que fluye en su interior, el río Serra. El valle ha sido una zona de tránsito durante siglos y fue durante muchos siglos, además del Valle del Tessino atravesado por la Vía Flaminia, el único vínculo natural entre el valle de Terni y la ciudad de Spoleto. La importancia de esta vía de comunicación en el pasado todavía se puede ver hoy en día observando los pueblos a lo largo del valle. Estos no se desarrollaron como verdaderas fortalezas, al contrario que la mayoría de los otros pueblos construidos en los territorios vecinos. Los principales asentamientos no estaban situados a lo largo de la carretera de comunicación, sino a un lado, en las alturas, en posición de mirador. Junto a los pueblos construidos en el interior de las fortificaciones y los construidos en torno a estructuras productivas o religiosas como los monasterios, muchas de las aglomeraciones que aún hoy encontramos a lo largo de la Valserra tienen un aspecto diferente. Se han desarrollado visiblemente alrededor de altas torres, con el destino de observatorio para el control del «tráfico» que se generaba aguas abajo. Acquapalombo, Battiferro, Poggio Lavarino, estos pueblos, construidos alrededor de torres de vigilancia, formaban parte de un sistema de fortificación más amplio que permitía controlar y defender toda la zona.
El valle adquirió gran importancia alrededor del año mil, en un momento de tensión política entre el Estado de la Iglesia y el Gran Ducado de Spoleto. Enrique II el Santo, rey de Italia y emperador del Sacro Imperio Romano, para reafirmar su lealtad a Benedicto VIII, cedió al Papa los territorios conocidos como las tierras de Arnolfo, entre los que se incluía el Valserra con sus asentamientos, constituyendo así un territorio «amortiguador» entre las tensiones de los dos estados. Para los habitantes, esto no supuso un gran cambio, ya que los Condes Arnolfi, terratenientes seculares, continuaron como siempre administrando la zona, aunque como vasallos del Papa y no del Emperador. Y lo habrían hecho durante los siguientes 600 años.
Hoy en día la Valserra es un territorio muy poco afectado por el desarrollo urbano. Sus bosques representan un testimonio de la gran biodiversidad presente en Umbría, hasta el punto de ser reconocidos a nivel europeo como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y Zona Especial de Conservación (ZEC), dentro de la red Natura 2000 creada por la Unión Europea para la protección y conservación de hábitats y especies, animales y plantas. Caminando por los numerosos senderos que se extienden a lo largo del río o en las colinas entre los pequeños pueblos, a pie o en bicicleta, no tendrás dificultad para ver zorros, corzos, pequeños mustélidos que corren entre los arbustos del bosque.
Fuera de los principales circuitos turísticos, la Valserra no defraudará a quienes buscan la paz en Umbría sin sacrificar el encanto de la historia y de aquellos contextos que, por pereza o complacencia, parecen querer ceder el paso a nuestro presente.