De todas las zonas de la región, Terni y sus alrededores son probablemente las zonas donde se encuentran las recetas más sencillas y menos elaboradas. Te parecerá que todos los platos que salen de las cocinas de los restaurantes han pasado bajo las manos de sabias abuelas, que añaden un toque de amor y cuidado a sus nietos para su bienestar. Si en primavera y veranoquieresprobar la experiencia de la verdadera cocina tradicional, sólo tienes que acudir a una de las muchas fiesta de pueblo en esa época en la zona. Estos eventos están organizados por los habitantes del pueblo, y si os llegáis a meter en las cocinas y le echáis un vistazo al interior, podréis encontrar un ejército de señoras, más o menos ancianas, que trabajan en sus delantales sucios de salsa y harina con la intención de realizar una de las actividades más nobles que el hombre puede contemplar, la preparación de la comida.
La cocina de Terni es rica en productos del bosque y de la montaña, tanto animales como vegetales. Los espárragos trigueros son los protagonistas de muchas recetas, como por ejemplo la Frittata pasqualina (una especie de tortilla), que es una explosión de sabor a la que se pueden añadir salchichas, alcachofas y calabacines al gusto. Si prefieres algo más ligero, en algunas épocas del año puedes encontrar sobre la mesa la Misticanza, una colección de hierbas silvestres y de campo que se recoge en primavera o invierno, esas hierbas que nadie conoce por su nombre en italiano moderno y que puedes encontrar con diferentes nombres en un radio de veinte kilómetros: el pimpernel, la cosconilla, el rampion, la hierba de ciervo, el cerrajón, la achicoria, la achicoria dulce y muchas otras variedades que el conocimiento popular ha seleccionado a lo largo de los siglos. El primer plato más clásico está representado por el «ciriole», un tipo de pasta fresca sin huevo con una consistencia única que se aderezasimplemente con ajo, aceite y guindilla. Entre las piezas de caza recomendamos el ave (pintada, paloma) y, si no tienes problemas con tu línea, puedes disfrutar de ella sazonada con «leccarda», es decir, rellena de hígado, envuelta en panceta y asada en un asador. Dulcis in fundo, uno no se puede levantar de la mesa sin probar el Pampepato, otra recetaque tiene sus raíces en la antigua región, que consiste en una mezcla de miel, chocolate, frutos secos y harina, mezclada con el «mosto cocido», es decir, zumo de uva recién fermentado.
En Terni y sus alrededores también se pueden beber algunas de las aguas más sanas y curativas de Italia. Delos numerosos manantiales presentes en las montañas de los alrededores de la ciudad fluyen aguas alcalinas ricas en minerales que antes se consideraban aguas beneficiosas y curativas. Las fuentes de Sangemini, Feronia, San Faustino y Furapane son algunas de ellas. La tradición dice que San Francisco, al pasar por allí, cura algunos de sus problemas en el manantial de Amerina, en el pueblo de Acquasparta.