Descubre Terni, ciudad de mitos y leyendas.
Donde hoy se encuentra la agradable Conca Terniana, vivió en los densos bosques un monstruo terrible. Este era un dragón alado -llamado Thyrus– dotado de patas delanteras y con una larga cola que desprendía de sus mandíbulas unaliento mortal. Nadie podía acercarse en un radio de kilómetros a su guarida y a veces, por hambre, el monstruo se dirigía a las puertas de la ciudad, sembrando el terror entre los habitantes. Nadie tuvo el valor de enfrentarlo y losque lo intentaron fueron desgarrados por las garras de la bestia. Pero un día, un joven ternani con unabrillantearmadura, cansado de vivir con miedo, decidió probar su suerte. Se adentró en el bosque hacia la guarida del monstruo y cuanto más se acercaba, más oscurose volvía el cielo, amenazandocon una tormenta. El joven despreocupado llegó a la guarida y miró al Thyrus con la cara descubierta, notando sin embargo que su lanza podría ser como mucho un cosquilleo para esa podrida piel de cuero. Justo cuandoel joven parecía sucumbir, las negras nubes dejaron un repentino destello en el cielo y un rayo de sol reflejado por la brillante armadura cegó al ser impuro por un momento . El joven aprovechó para plantary clavar la lanza directamente en el corazón delanimal, que se derrumbó hacia el suelo con un escalofriante rugido. El legendario Thyrus, con su aliento pestilente, representa los pantanos podridos de la zona del río Velino, portadores de enfermedades y muertes, que infestaron el territorio de Terni antes de las reivindicaciones hechas por los romanos en el siglo III a.C. Su asesinato simboliza el nacimiento y desarrollo de la ciudad y por eso la bestia se ha convertidoen el símbolo de Terni, representado en los escudos de armas y estandartes, tallado en los dinteles y pintado en estandartes.
El otro representante de la tradición de Terni tiene una actitud opuesta, que contrasta con la maldad del Thyrus de manera radical: es el santo patrón de la ciudad y uno de los más conocidos en el mundo, lo que hace que elamor sea su emblema, San Valentín. El obispo vivió en la época del Imperio Romano que dio su vida por amor a dos jóvenes, demostrando que los sentimientos nobles nos unen y nos hacen universalmente humanos y más cercanos a Dios, incluso más allá de las estrictas diferencias impuestaspor los dictados religiosos.
El contraste entre la leyenda de Thyrus y la de San Valentín nos presenta a Terni como la ciudad de los dualismos, que se puede ver bien en el trazado urbano, tan particular y único en el paisaje regional. Terni es una ciudad antigua y moderna al mismo tiempo. La historicidad de su centro se alterna con el dinamismo y la contemporaneidad de sus suburbios, la fascinante artificialidad de sus industrias y la inesperada belleza de sus paisajes naturales.
Uno puede hacerse una idea de los procesos industriales y el impacto que tienen en la ciudad, de hecho esto sigue siendo un problema incluso hoy en día. Pero al visitar Terni te das cuenta de cómo se ha superado este problema y cómo la ciudad ha podido aprovecharlo, dando valor y profundidad cultural a lo que en ojtros contextos todavía nos cuesta considerar como parte de nuestra historia.