En la zona noroeste de la ciudad, no lejos de Puerta Fuga se encuentra la torre más alta y mejor conservada de Spoleto: la Torre del Aceite. Aunque sus características arquitectónicas la hacen datable al siglo XIII, la torre se recuerda en la leyenda y en tradición como el insuperable bastión fundamental para detener el avance de Aníbal, el general cartaginés que en el año 217 a.C. derrotó a los romanos en el lago Trasimeno acercándose amenazante a Roma.
Parece muy improbable que la torre ya existiera en la época de Aníbal y de los romanos, por lo que es plausible que la historia transmitida por las fuentes se refiera a un baluarte defensivo anterior. De hecho, la torre se llama así porque desde sus muros se solía arrojar aceite hirviendo a los enemigos. La eficacia de la acción defensiva queda demostrada por el topónimo de la cercana Puerta, llamado precisamente «Fuga».
La Torre del Aceite de Spoleto tiene una planta de unos tres metros por siete, y se levanta por más de cuarenta y cinco metros, veinte más que Palacio Vigili, el edificio de siglo XVI del que forma parte.