En la plaza homónima de Spoleto se levanta la Iglesia de Santo Domingo, de estilo gótico local, muy particular, construida entre finales del siglo XIII y principios del XIV y anexa al convento preexistente, construido en 1247.
La iglesia fue construida en bloques de piedra, dispuestos en filas horizontales alternadas de blanco y rosa, mostrando una particular construcción y decoración que recuerda a las iglesias de Santa Clara en Asís y Santa Práxedes en Todi.
El acceso al edificio se realiza a través de dos portales, uno pequeño, de lunetos en la fachada central, y el otro más grande y elegante, enmarcado por marcos arqueados, que se abre en el lado derecho. La parte superior de la sencilla fachada también está decorada con un gran rosetón.
En el interior, la iglesia es de una sola nave con un gran trasepto y alberga algunas obras, entre las que destacan dos frescos de Giovanni Lanfranco que representan el Triunfo de Santo Tomás de Aquino y la Virgen y el Niño con cuatro santos (Santa Ana, Santa Catalina de Siena, Santa Catalina de Alejandría y Santa Elena).
A lo largo de los siglos la Iglesia de Santo Domingo de Spoleto fue objeto de numerosas reformas, por ejemplo las decoraciones barrocas realizadas entre los siglos XVII y XVIII que fueron retiradas en el siglo XX tras la intervención del arquitecto Ugo Tarchi.