Dentro del Cementerio de Spoleto, tristemente fuera de los circuitos turísticos tradicionales y casi olvidada, se encuentra la Basílica de San Salvador, definida por el gran historiador de Spoleto, Giuseppe Sordini, como “el mayor monumento de la antigüedad de Spoleto».
De hecho, aunque no existen documentos históricos que permitan conocer con exactitud su origen y existen diferentes hipótesis entre los estudiosos. La Basílica es claramente un edificio de principios de la era cristiana, uno de los más raros e importantes ejemplos de arquitectura religiosa de los siglos IV y V.
Para certificar su importancia fue laUNESCO quien, en 2011, incluyó la Basílica y otras arquitecturas que componen el sitio «Los Lombardos en Italia. Los lugares de poder (568-774 d.C.)» en la lista de los Patrimonios de la Humanidad.
A lo largo de los siglos, la Basílica ha visto cambiar no sólo su aspecto debido a las diversas intervenciones, sino también su nombre. Originalmente vinculado al culto al cementerio, parece que fue dedicado a los santos mártires Concordio y Senzia, a quienes se les atribuyeron virtudes taumatúrgicas.
En el año 815, un documento longobardo menciona el edificio como dedicado a San Salvador, un cambio quizás deseado porlos duques de la época. Posteriormente, se le recuerda de nuevo como Monasterio Sancti Concordii; en el siglo XVI a causa de algunos frescos que recordaban el culto al crucifijo realizado en las paredes interiores del ábside fue llamada Iglesia del Crucifijo.
Sólo en tiempos modernos y con las últimas obras de restauración del siglo XX, la basílica ha recuperado el título definitivo de San Salvatore.
El edificio tiene una fachada con tres portales, de los cuales sólo el central permite la entrada, los otros dos ya estaban amurallados antes de la restauración en la época moderna. La parte superior está decorada con tres ventanas, con la central más grande que las otras dos.
En el interior, el espacio se divide en tres naves separadas por columnas dóricas y pilares que definen siete tramos. En las paredes, aunque muy en ruinas, se pueden reconocer restos de valiosos frescos que datan del siglo XII-XIII que representan al Padre Eterno, a la Virgen entre los Santos, a la Crucifixión.
Hoy en día la iglesia no es accesible al público y sólo se puede ver el interior mirando por la puerta principal.
Junto a la Basílica de San Salvador se encuentra el Monumental Cementerio de Spoleto, diseñado en 1836 por el arquitecto Ireneo Aleandri, autor de otros importantes edificios de la ciudad como el Teatro Nuevo. Al cementerio se accede por una escalera monumental, a cuyos lados hay dos alas diseñadas para albergar los entierros de personajes famosos. Aunque es una adición posterior al proyecto anterior de Aleandri, la estructura respeta perfectamente el estilo neoclásico, embelleciendo también el efecto escénico de la Basílica.
Entre los muchos, destacan los entierros de las familias Antonelli, Bachilli y Sansi con esculturas y pinturas decorativas de gran valor y monumentales.