La artesanía es conocida, es la maestra en toda Umbría, pero dentro de este rico marco regional, algunos centros urbanos son capaces de distinguirse aún más por la peculiaridad de las actividades artesanales de las que son garantes y custodios. Città di Castello es una de ellas porque ha sabido arrancar del tiempo y de la modernidad la tradición en sus formas originales. Esto es lo que sucede en los talleres de «Tela Umbra» y en la Imprenta de Grifani Donati. En el primero, en el mismo local de hace cien años, donde trabajaban unas cuarenta tejedoras de la baronesa Alice Franchetti, se siguen produciendo tejidos de lino puro de gran valor, como manteles, cortinas, toallas y mantas. En el segundo, es posible redescubrir las antiguas técnicas artesanales del arte tipográfico. El propietario, descendiente de lafamilia Donati, además de comprometerse con la valorización del patrimonio tipográfico de la ciudad, continúa la tradición familiar con obras litográficas (exclusivamente sobre piedra), encuadernación y restauración de libros. El laboratorio-museo sigue siendo hoy en día un punto de referencia para todos los artistas que se ocupan del grabado tradicional y que necesitan equipos adecuados para imprimir litografías, xilografías, grabados, punta seca o grabados en linóleo. Maquinaria antigua y en perfecto funcionamiento, hacen que las creaciones realizadas en el laboratorio tifernato sean únicas en su especie.
Pocas comparaciones se pueden encontrar en otro campo de la artesanía en el que los aficionados sobresalen y se distinguen por el refinamiento de sus productos: la elaboración de muebles de estilo. Una antigua tradición que se ha transformado desde principios del siglo XX gracias a dos personajes: el anticuario y comerciante Elia Volpi, que donó a Città di Castello su colección de muebles antiguos, y Cesare Sisi, anticuario y artesano, que varios años después desarrolló la idea de utilizar muebles antiguos para crear nuevas piezas de estilo antiguo. La maestría de los artesanos tifernati que se han formado como aficionados radica en su inimitable habilidad para mezclar armoniosamente madera vieja y nueva, en producciones completamente originales. La reciente creación de la marca «verdadero mueble de estilo altotiberino» es a la vez una confirmación y una garantía de este arte atemporal.
No hay que olvidar que, aunque tuvo un destino menos afortunado, la fabricación del tabaco en Città di Castello fue una de las principales actividades productivas durante varias décadas hasta el abandono total en los años setenta del siglo XX. Hoy en día, sólo quedan los galpones de las grandes plantas artesanales dedicadas al secado del tabaco, que han cambiado decisivamente su función y se han transformado en espacios expositivos para las obras de Burri.