La prueba documental más antigua de la existencia de un monasterio benedictino en el territorio de Bettona reside en la abadía de San Crispoldo della Piana, de cuya presencia se tiene cuenta desde el año 1014, aunque se desconoce la fecha de su fundación. La abadía, conocida como Badia, está situada en Passaggio, cerca de la confluencia de los ríos Topino y Chiascio, en una zona que fue habitada en época romana, pero que más tarde fue inundándose gradualmente.
La abadía fue construida con materiales de desecho de los edificios romanos y custodiaba el cuerpo de la santa patrona de Bettona San Crispoldo: según la leyenda, el fue martirizada en el lugar justo donde esta fue erigida.
En 1238 pasó bajo la dependencia de Santa María Farneta, con el desacuerdo de los monjes que presenciaron la reducción de su poder político. En 1265 el cuerpo de San Crispoldo fue trasladado dentro de las murallas de la ciudad, en la nueva iglesia de San Crispoldo de los Frailes Menores Conventuales: este acontecimiento marcó el inicio de una crisis irreversiblede los benedictinos, cuya importancia se fue desvaneciendo debido a la expansión de las órdenes mendicantes durante el siglo XIV.
La abadía siguió siendo propiedad de los prelados locales, que vivieron allí hasta mediados del siglo XIX, cuando el edificio se redujo a una granja. Hoy en día el complejo es una residencia privada, pero el propietario ha restaurado todo el edificio: la cripta, el ábside superior (uno de los más antiguos de Umbría) y los restos del patio de claustro se conservan de la estructura original.