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Qué ver en Corciano

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Descubre qué ver en Corciano  

Caminar por las empinadas y estrechas callejuelas de un pueblo medieval perfectamente conservado será una experiencia única que te dejará sin aliento en cada cambio de dirección. Al pie de una triple muralla (siglos XIII-XIV), perfectamente conservada y practicable durante más de un kilómetro en todo el perímetro, la mirada podrá captar las vistas desde el pesebre tanto desde el exterior de la muralla, con el espectacular paisajedel monte Malbe, como  desde el interior con las casitas y los edificios medievales realizados con finos bloques de piedra caliza y travertino. El silencio envolvente de un pueblo que parece haber dormido durante siglos y que ha mantenido a lo largo del tiempola lentitud de la vida rural y la pureza de sus formas, será el ambiente ideal para descubrir los rincones más escondidos o los edificios más famosos.

Se puede acceder al casco antiguo desde las dos puertas monumentales de la ciudad: al norte la de San Francisco, a poca distancia de la iglesia y del antiguo convento del mismo nombre, que, según la tradición, fueron erigidos en 1223 tras la visita del pueblo por el santo, y al sur la de Santa María, cuya majestuosa torre se ha convertido en el símbolo y emblema de Corciano. Cuando te encuentres con la nariz elevada para admirar la grandeza, no olvides de observar la particular jaula colgante, reservada para los condenados a muerte en la ciudad. Una vez que pases el umbral, el pueblo estará ante tus ojos con todo su orgullo. Caminando por la calle principal, Corso Cardinale Rotelli, te encuentras de frente al Palacio Municipal, construido en 1500 porAlessi y Vignola como mansión de los Duques de Corgna. La Sala del Consejo conserva las bellas decoraciones del techo de madera, obra de la escuela de  Zuccari. Siguiendo por la misma carretera se encuentran otros dos importantes edificios de poder municipal, ambos del siglo XV: el Palacio de los Priores e de la Mercancía, que fue la sede del mercado y de las asambleas públicas del pueblo, y el Palacio del Capitán del Pueblo, construido con piedra y ladrillo de estilo renacentista. En este punto se llega al centro de la Plaza Coragino, la plaza principal que toma su nombre del legendario fundador del pueblo y que alberga un hermoso pozo de planta circular sobre el que se representa el escudo de Corciano. En el punto más alto del sistema urbanístico destaca con orgullo la Torre Comunal, que desde el siglo XIII representa el centro de la ciudad y el nudo principal de todas las vías de comunicación que parten de ella. Una vez dejamos atrás los edificios civiles será el turno de los religiosos, y la primera parada sugerida será seguramente la Iglesia de S. María Asunta, a pocos metros de la Plaza Coragino, que alberga obras de extraordinaria belleza como el retablo de la Asuncióny realizado por Perugino en 1513, la bandera de la Plaga de Benedetto Bonfigli en 1472, y la estatua de Nuestra Señora del Rosario. La iglesia fue construida en estilo gótico en el siglo XIII y luego transformada a estilo neoclásico a finales del siglo XIX.

Destacan también la Iglesia de S. Cristóbal, construida en 1537 y que alberga el Museo de la Pievania, la iglesia de S. Maria del Serrallo (siglo XVI), donde hay un precioso fresco del siglo XIV de la Virgen con el Niño y la Iglesia y el Convento de S. Agustín (siglo XIV), justo fuera de las murallas de la ciudad.

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