¿Ya has visitado la ciudad y tal vez quieres dar un paseo por un camino «menos convencional»? Pues bien, baja por la Piazza IV Novembre hasta la pintoresca Via della Maestà delle Volte, al final camina un poco más y gira en Via Baldeschi. Inmediatamente a su izquierda encontrará una escalera cuesta abajo. Bajándola se puede ver que a un lado la carretera se divide, formando una elevación peatonal protegida por barandillas laterales bajas. La ruta se desarrolla de forma independiente, mezclando callejones y casas. Empieza a caminar por ella y piérdete entre las magníficas vistas y techos que esta calle peatonal te mostrará. Estarás más alto que el nivel de la ciudad. Te encontrarás sobre lo que casi mil años antes fue construido con el objetivo de llevar agua al centro de Perugia, que de hecho se encuentra por encima del acueducto medieval.
Construido en 1254 con el fin de satisfacer las necesidades de agua de la ciudad que gracias a la expansión urbana y demográfica que la caracterizó en aquellos años, crecía rápidamente, el acueducto tiene una longitud de unos 4 km y se hizo a partir del monte Pacciano, gracias a la riqueza de fuentes en su territorio.
Al igual que gran parte de la historia de Perugia, y sus monumentos más grandes, también la historia de la construcción del acueducto es bastante movida. La fecha de inicio de las obras fue el año 1254, pero no se tardó mucho en registrar la primera parada de la construcción. Quizás esto se debiese a la muerte del arquitecto a cargo o simplemente al hecho de que llevar el agua a la cima de la ciudad de Perugia fuese un reto demasiado difícil. Es un hecho que la construcción no se reanudó hasta 1276, con Boninsegna encargado por Fray Bevignate. Parece que fue el único que aceptó ese «reto», pero no defraudó las expectativas que se depositaron en él. No fue facil conseguir que el agua subiera cuesta arriba, pero Boninsegna lo consiguió gracias a un ingenioso sistema de conexión de embarcaciones y un sistema de tuberías de plomo. El tamaño y la importancia de la obra quería celebrarse con otro monumento que hiciera honor al «sistema de agua», destacando la actividad y el dinamismo. De hecho, la Fuente Mayor fue construida al mismo tiempo, de donde, en 1278, brotó por primera vez el agua del Monte Pacciano.
Hoy en día el Acueducto Medieval de Perugia está bien conservado y algunos de sus tramos se pueden recorrer en el centro histórico. Desafortunadamente, sin embargo, el exterior ha caído en el abandono y se ha djado que se convierta en una simple ruina.