Junto con las iglesias de San Magno, Santa María de Campis y de Miglio San Paolo, la pequeña iglesia de Santa María (la virgen) de Fiamenga fue construida en la Edad Media a una milla del lugar de enterramiento de S. Feliciano (la actual Catedral de Foligno), en una de las encrucijadas que rodean la ciudad, como para formar una cruz protectora.
De planta románica, fue construida en el siglo XII (la primera documentación oficial data del 1138) y formaba parte de la iglesia municipal de S. Jacobo. Al parece, la iglesia fue el destino de muchos peregrinos y viandantes comprometidos en el camino loretano, pero también por los antiguos prisioneros, cuyo recuerdo es atestiguado por los grafitis encontrados. Se convirtió en un destino de peregrinación también para la gente de Foligno que iba allí cada domingo, a partir de 1500, la iglesia fue confiada a un ermitaño que vivía en las habitaciones adyacentes al edificio religioso.
La estructura arquitectónica, muy sencilla y pequeña, es de piedra de Asís, de forma rectangular, con una sola nave y un portal central de acceso.
En el interior de la Iglesia de la Virgen de Fiamenga tres altares, dos de los cuales dedicados a S. Antonio da Padova y a S. Feliciano, se han perdido.
Las últimas obras de restauración fueron realizadas en 2004 por el maestro Ramponi en nombre del club Rotary local, con el fin de mejorar el uso del público.