Descubre la magnifíca ciudad de Todi.
Quien nunca ha oído hablar de esta ciudad de 16.000 habitantes en el corazón del valle del Tíber, quedará impresionado por la variedad de atracciones históricas y culturales y los paisajes que ofrece.
En la carretera estatal Flaminia (SS 3bis), a medio camino entre Perugia y Terni, se encuentra la ciudad de Todi sobre una colina de unos 400 metros de altura. A sus pies, el río Tíber recibe las aguas del arroyo Naia, dando a la región una fertilidad que ha sido objeto de interés desde la antigüedad.
Debido a su posición estratégica y a su turbulenta historia, la ciudad fue dotada de murallas, tres murallas perfectamente conservadas, que siguen siendo la «corona arquitectónica» y el símbolo distintivo. Atravesando las imponentes puertas medievales tendrá la impresión de sumergirse de lleno en el pasado, en las estrechas calles de un casco antiguo sinuoso y lleno de restos antiguos cristalizados con el paso del tiempo, casi inmunes al paso del tiempo.
Junto al encanto de una ciudad que es un museo al aire libre, Todi ofrece, sin embargo, también la frescura de los paisajes naturales impresionantes con las gargantas impermeables del Parque Fluvial del Tíber y sin duda hará cosquillas en los corazones de los visitantes con los típicos productos vitivinícolas de Umbría, con la habilidad de sus artesanos de la madera, con los olores de la cocina rural tradicional.
Descubre la ciudad de Fray Jacopone, uno de los más ilustres poetas del Renacimiento, cuyos restos aún conserva, pero también una joya inestimable de la arquitectura civil y religiosa, con iglesias diseñadas por personajes famosos como Bramante, Todi es una maraña de lo antiguo y lo moderno, muy bien conjugada con el paso del tiempo, y que no puede dejar de ser admirada por aquellos que viajan a través de los territorios del centro de la región de Umbria.